Historia de un tú y yo. Real.

Era una calurosa tarde de verano en Torrevieja. Carlos, uno de los protagonistas de esta historia de dos, paseaba en bicicleta por la calle Joaquín Chapaprieta. Como otra tarde cualquiera. Por otro lado, Juana junto a sus dos hermanas Ana y Rosario, estaba en la puerta de su casa tomando el aire.
De pronto, una de sus hermanas le susurró algo al oído y Juana giró la cabeza para mirar al joven que venía en bicicleta. Era Carlos. Ella no le conocía a él y él tampoco a ella. Las miradas de ambos se cruzaron durante una fracción de segundo, y en ese preciso momento, aunque Carlos no conociese a aquella muchacha, sabía que le había cazado. Sabía que su corazón ya tenía dueña.

Pasados unos días, Carlos (que anteriormente se había enterado de cómo se llamaba la dueña de su corazón), se acercó a casa de ésta. Tomó un trago de coñac y tocó a la puerta. Cuando Carlos consiguió tener por fin a Juana delante suya, le dijo algo parecido a: "Juana, me has cazado. Me gustas. Y me gustaría que me dijeras que sí hoy mismo. Si no me lo dices, me iré y no volveré a pasar por aquí más."

Desgraciadamente, esas palabras no fueron las textuales.

Y bien, ¿sabéis qué pasó? ¿Qué le respondió Juana? ¿Queréis saberlo?

Os lo diré de la forma más bonita que se me ocurre... La persona que ha escrito esta historia real, es la nieta de Juana y Carlos.

De ésto hace ya más de 56 años (el tiempo que llevan casados).

26, mayo, 1957.




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