El cosmos de mi alma es el caos de tus pupilas.

Es triste darse cuenta de a quién le importas una pizca y a quién no. Y es que al final... te acabas dando cuenta.

Te acabas dando cuenta de que sólo eres alguien en quien las personas no piensan ni se preocupan. Que sólo eres alguien fruto del aburrimiento y del no saber qué hacer.

Y es triste. Muy triste.

Es triste que tú siempre estés para alguien y que te preocupes por esa persona y esa persona nunca esté para ti.

Es triste. Tú siempre estás para el mundo, y el mundo nunca está para ti.

Es triste darte cuenta de que si no es por ti, puedes estar el resto de tu vida sin hablar con esa persona.

Es triste. Muy triste.

Pero más triste es que...

                                    ... cuando le hayas comenzado a olvidar... Volverá.

                              Y entrarás en este caos constante que es la vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.