Eres mi despertar, eres la alegría con la que me levanto cada triste mañana, eres el sol que me despierta con un "malos días", eres la almohada que me aconseja cada noche, eres aquel pañuelo que seca mis lágrimas, eres las olas del mar que ahuyentan mis penas más internas, eres aquella canción que me llegó al alma, eres el acento en la "o" que lleva corazón, eres aquella sonrisa traviesa que quiere dormir conmigo esta noche, eres ese beso en la frente que me desea "buenas noches", eres tú aquel abrigo de besos tiernos que me arropa del frío, eres tú mi vida entera y cuanto yo necesito.
En el centro.
Si existiese un punto extremo, tú en un lado y yo en el otro, aceptar el amor o el olvido sería más sencillo. Pero en cambio, a ti te gustan los puntos intermedios, como mi ombligo. Ni frío ni calor, prefieres templado. Ni lluvia ni sol, votas nublado. Ni conmigo ni sin mí, te encantan los vaivenes del centro, las risas, los enfados, los descuidos que acaban en beso. Te gusta vivir en el centro. Irónico que sea Madrid en su punto 0,0. Así que nunca te quedas conmigo pero tampoco te marchas del todo, tú siempre estás en el centro haciéndome algún destrozo.
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